El Quehacer del QBP... ¿Tiene límites?


Cuando el Dr. Luis Jiménez, organizador de este evento me invitó para dar un punto de vista en esta reunión conmemorativa de los 70 años de nuestra añorada Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional sobre el que hacer de los egresados de su primera licenciatura, hoy de QBP –químico bacteriólogo y parasitólogo- lo hizo en términos que se referían a la diversidad de áreas del conocimiento e instituciones en que el suscrito había desarrollado mi trayectoria, fuera de las académicamente “ortodoxas” que marca el programa, es decir, la química, la bacteriología y la parasitología.

No estaba tan alejado de la verdad Luis, pero como “el manual de las buenas maneras” disuade de hablar de si mismo y la propia experiencia mas allá de lo indispensable, se hacía necesario recorrer mentalmente los campos del conocimiento y del quehacer profesional que ejercen o ejercieron, otros QBP’s. Elegí “entrevistar” mentalmente a varios conocidos del suscrito, y cuya trayectoria me era familiar y así, posiblemente, identificar otros casos de “heterodoxia”, semejantes al mío. Fueron 20 los primeros colegas que recordé y que, para mi sorpresa se desempeñaron en lo personal y en lo colectivo, dentro de una gama muy amplia de actividades.

La TABLA 1 (pulse aquí-click here) presenta las áreas del conocimiento y del quehacer laboral de los QBP que pude desagregar en un primer recuento. Para mi sorpresa, es notable que además de incluir los campos “clásicos” afines al QBP, se pueden identificar muchos otros que, en conjunto, desarrollan o desarrollaron, esos 20 QBP’s identificados inicialmente. Presentan un denominador común que, para el suscrito, pudiera ser lo administrativo, lo político, la producción, el arte o las humanidades. ¿A que obedece este fenómeno? ¿Será el QBP solo un diletante en esos campos? ¿Es acaso un PeptoBismol bueno para todo? No hay tal, como veremos a continuación.

El suscrito aquí plantea que el QBP, lejos de ser un “mil usos” profesional, es la confirmación viviente de lo que hace 2300 años postuló el primer científico creativo y sabio de la cultura occidental. Me refiero al gran Aristóteles quien, desde la Grecia clásica, describió a la creatividad y el conocimiento como un proceso innato al humano, tal como lo presenta en su 'Poesia'. Notarán que la ciencia no es ni el principio, ni el fin del proceso y que la culminación del mismo está en la sabiduría, integradora de las tres grandes maneras de ver al mundo, es decir, la ciencia, el arte y la religión (o filosofía). Es evidente que el quehacer del QBP, en muchos casos, rebasa a la ciencia y tiende, como señaló Aristóteles, a la sabiduría, no se planta en un solo campo del conocimiento. Por cierto que como una especie de fósil viviente lingüístico a distancia de milenios, todavía utilizamos relictos de lo dicho por “El Estagirita” a través de su concepto de “poiesis”, es decir, creación o formación de, mismo que se encuentra tanto en términos científicos como galactopoiesis o hematopoiesis, o en la palabra misma de Poesía. Ciencia unas y Arte la otra, ambas son creación y conocimiento que parte del mismo proceso.

También en nuestros tiempos, se confirma que dicho proceso de conocimiento, o creatividad, se inicia con la curiosidad –o la duda, que es lo mismo- .Puesto de otra manera: donde no hay duda o curiosidad, no hay conocimiento. Desmond Morris, el gran antropólogo llegó hace tiempo a la conclusión de que la forma suprema del ser humano o “humanidad” -valga la expresión- es la curiosidad; el hombre, pues, es el animal más curioso, característica gracias a la cual ocupa el lugar evolutivo que tiene y, agrega dicho autor, esta cualidad no disminuye con la edad sino que se incrementa. Cabe postular entonces, que la gama tan diversa de actividades que llevan a cabo muchos QBP’s se debe en gran medida, a un despliegue de intereses, motivaciones, conocimientos y oportunidades que podemos considerar se inician con la curiosidad y la duda y siguen el proceso señalado, ¿Lo intento? ¿Podré? ¿Porqué yo no? ¿Me preparo? ¿Me informo?

Al respecto viene a mi memoria el recuerdo del inolvidable Mtro. Don Modesto Bargalló Ardévol de quien tuve la fortuna de ser alumno: gran químico, educador de niños para las ciencias, historiador de fama mundial en la minería y la metalurgia, poeta, dibujante, pintor y editor, a pesar de ser técnicamente ciego… No era difícil verlo –con sus ochenta y tantos años a cuestas- montado en la motocicleta que conducía su hijo Miguel a gran velocidad por las calles…Ese gran Mtro. solía decirnos “la clave no es saber las cosas, sino saber donde buscarlas…” y así, con ese don de gran sabio, anticiparía Bargalló al “buscador google” de Internet que hoy día nos da acceso a la gran “ciberbiblioteca planetaria” donde encontramos de todo… hasta basura. Nunca estuvo más cerca de nosotros la información que requerimos, bien para profundizar en un punto cualquiera de nuestro interés disciplinario o bien para romper la brecha que lo encasilla y conectarnos, vía los “links” de nuestra computadora o de nuestro cerebro, con otros campos del saber, sean de ciencia, de arte de humanidades... ¿Cual es el límite? ¡Nuestra curiosidad, motivaciones y saber dar “click”!

A siete décadas del surgimiento de nuestra querida Alma mater y de nuestra licenciatura –o carrera como decíamos antes- es interesante recordar como empezó todo, como venimos al mundo académico. Sin lugar a dudas venimos de la heterodoxia, del rezongo, del cuestionamiento, en breve, de la crítica…y como para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, transcribimos al Dr. y querido Mtro. Adolfo Peez Miravete quien pega de home run cuando en la primera línea de su libro de carácter histórico “50 Años de Investigación en la ENCB” nos dice: “Para la ENCB fue una fortuna haber nacido de la disidencia, en una época en que la UNAM se había convertido en el refugio de la intelectualidad dogmática y conservadora del país. Los inconformes, alrededor del Mtro. Vicente Lombardo Toledano, fundaron la Universidad Gabino Barreda” -después del Congreso de Universitarios Mexicanos de 1933,digo yo- “en donde, la que ahora es la ENCB fue su componente de enseñanza biológica mas importante…” Procede entonces el Mtro Perez Miravete, a describir con mas detalle, dicho proceso de gestación de nuestra escuela, pero el punto está claro, venimos de la disidencia y, como la ENA –Escuela Nacional de Antropología- hoy del INAH, que también nació aquí (junto con la Escuela Superior de Medicina Rural), venimos del “contradecir”. No hay vuelta de hoja, digo, nuestro origen es crítico, popular, social y democrático y eso de un “nuevo modelo” para el IPN, con tufo de autonomía, que suena recientemente, suena también a un “salto atrás” empujado por un régimen como el actual, muy semejante del universitario del que nos zafamos en nuestros inicios. El Politécnico, con la ENCB y los QBP’s por delante, no debemos permitir se traicionen los 70 años de historia social del proyecto cardenista que marcó el origen popular del IPN.

De la gran gama de actividades desplegada por los QBP´s y presentada al inicio de estas notas, pudiera pensarse, por aquellos que siguieron los caminos de la ortodoxia unidisciplinaria, que tanta dispersión es un error. Puede ser, nadie tiene la verdad absoluta...sin embargo y en apoyo a nuestra hipótesis recordamos un ensayo de Harlyn O. Halvorson en Bacteriological Reviews allá por 1955, señalando la necesidad de contar –en EUA y el “primer mundo” se entiende- con un nuevo tipo de bacteriólogo, menos especializado y mas abierto a otros campos, capaz de hacer paralelamente, trabajo de químico y de bacteriólogo, le llamaba “bacteriólogo híbrido”. ¡ Era un retrato hablado del QBP del que Halvorson, ignoraba su existencia ! No es gratuito, entonces, que los numerosos colegas QBP’s que han tenido que emigrar a los EUA u otros países, se integren tan bien a diferentes mercados de trabajo, fuere el académico, el sanitario, el industrial u otros.

Sin embargo, a 20 años de su creación, también el QBP enfrentaba ya nuevos retos. Era evidente que el enfoque de filosofía positivista preconizado por Gabino Barreda, revolucionario en su tiempo y que todavía se sentía en la formación del QBP y demás carreras impartidas en la ENCB, no era ya satisfactorio. Algo faltaba, quizá algo social o político, algo administrativo, algunas humanidades...quizá lo que hacía falta, se encontraba en Ortega y Gasset, gran filósofo español quien, desde las primeras décadas del siglo pasado, apuntó en su clásico libro “Misión de la Universidad”, la necesidad de “primero dar cultura” a los jóvenes estudiantes. Formar “hombres cultos” es la primera misión de la universidad, dijo, posponiendo para después eso que llamaba “la manía norteamericana de formar investigadores a toda costa”, es decir, expertos en un punto del saber técnico e ignorantes de todo humanismo ¿Qué les parece? Procede subrayar en este punto, que también el Dr. Santiago Ramón y Cajal, primer Premio Nóbel de habla castellana, daba gran peso a la formación cultural en paralelo con la formación científica. Por allá de 1922 dijo algo que bien podría aplicarse a nosotros hoy en día;

“Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura, urge en efecto si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la prosperidad y enaltecimiento patrios, todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia...” Si Halvorson por un lado y Ortega o Cajal, por otro, hubieran coincidido en la Arena Coliseo como luchadores, el encuentro se hubiera anunciado como de rudos contra científico y seguramente atraería multitudes...pero ¿quién hubiera ganado? Ni uno ni otro, sino todo lo contrario, ya que los eventos de hace treinta y seis años en México y en Europa, llegaron a cambiar notoriamente la historia de la enseñanza superior contemporánea

Llegó el mayo caliente de Paris y el octubre sangriento de México en 1968 y además de los reclamos políticos en ambos casos, la juventud en el mundo estaba inmersa en un proceso de cambio social donde lo usual era el rechazo a la autoridad, a las guerras en general y a la guerra de Vietnam en particular, a las agresiones a Cuba se sustentaba la protesta dejándose el cabello largo, el pantalón ajustado y acampanado, el bigote, la barba, retratos del Che por todos lados. Amor y paz ¿Se acuerdan? La juventud se oponía a muchas cosas, si, pero también clamaba por innovaciones en la enseñanza, mas contacto con la realidad, con lo social, salir a la calle, alejarse del autoritarismo. Querían cambios… y de París, como los bebés, nos llegó uno de los grandes logros académicos del 68: “La Interdisciplinariedad”, es decir una nueva actitud académica hacia la realidad, analítica, social, de trabajo en equipo, con una nueva base epistemológica constructora de saber propio como dijo Piaget, lejos del dogmatismo y la escolástica. Abundancia de asambleas públicas (recuerdo fotografías de Jacques Monod –con su flamante Premio Nobel- en algún debate multitudinario de la Universidad de Paris). En el IPN surgió la UPIICSA, los CIIDIRES estatales, UPIBI... Extramuros surgiría la UAM Xochimilco, todos con un enfoque interdisciplinario…figura 5. ¿Cómo respondió la ENCB y la carrera de QBP a ese torbellino educativo que siguió al 1968? Me temo que con poca empatía, y personalmente recuerdo, que ya se adivinaban los conflictos internos de la Escuela a principios de 197l cuando decidí emigrar al nuevo CONACYT. Mientras otras instituciones daban un gran salto adelante ¿Qué pasó en mi Alma mater?

Hoy, treinta años después, nuevamente hay en el mundo no una tormenta, sino un verdadero ciclón de mas de 5 grados en el campo de la enseñanza superior. Enseñanza a distancia o virtual, sobre lo que ustedes quieran, páginas web personales o institucionales, portales, supercomputadoras, estudios moleculares y celulares virtuales, vacunas como asunto de seguridad nacional y chateos al respecto con colegas del otro lado del mundo, consultas académicas u hospitalarias en cualquier institución del orbe, periódicos, revistas, bancos de datos, archivos virtuales… ¿Cómo reaccionará esta vez la ENCB? ¿Cómo reaccionará la carrera de QBP? ¿Dejará pasar nuevamente la oportunidad para un gran salto adelante? ¿Seguirá dócil y aborregada en un IPN manejado a su gusto por un burócrata sin ninguna trayectoria académica, interesado solo en proyectar su imagen personal? ¿Porqué la única escuela del IPN con carácter de “Nacional” no tiene ni un Salón de Actos digno de su historia? ¿Habrá en efecto un proceso degradativo de la Escuela y carrera de QBP? ¿Qué se espera para plantearlo a las autoridades correspondientes que antes pasaron por esta aulas?

Por supuesto que el país –y ahora el propio DF- pasan por un franco deterioro en diferentes frentes: crisis económica, corrupción a la vista como nunca antes, inseguridad, justicia vergonzante, impunidad, desempleo, política del nivel mas rastrero, supersalarios para unos y miseria para la mayoría, los “medios” como árbitros de la moralidad nacional, frivolidad, comercio y sexo en la pantalla chica, yanquización del país mientras matan paisanos en la frontera norte, carencia de apoyo para la ciencia, CONACYT ya no va, la educación básica no avanza, abajo la historia, la cultura y los mas triste: el IPN enconchado y con la AID de la Embajada norteamericana adentro, mientras la ENCB –dijo alguien de alto nivel político- que no se decide a salir del clandestinaje... Para mayor agravante: ¿será cierto que hay un ANTIQUEHACER en algunos QBP´s y politécnicos mas interesados en reducirnos mutuamente que en ampliarnos? ¿en ningunearnos mas que solidarizarnos? ¿Qué hacer con este antiquehacer? Debemos intentar al menos rebasar esa incultura, descuido, miedo, envidia, transa, canibalismo, hipocresía, simulación, plagio, traición y chisme, que algunos observadores señalan prevalece entre sectores y colegas politécnicos. ¿Será un fenómeno aislado? ¿Trivial? ¿Reciente? ¿Exageración del autor de estas lineas? ¿Pesimismo?

“Échense este trompo a la uña” o “chequen” lo siguiente, como se dice hoy en día:
“...A pesar de encomiables excepciones, la investigación científica en nuestro país prácticamente no rinde frutos apreciables. Cabe señalar varias causas de esta lamentable situación. Desde luego, México ha venido atravesando largas y angustiosas épocas de lucha en que preocupaciones de mayor urgencia momentánea han preponderado sobre otros graves problemas… frecuentemente han ocurrido crisis económicas que han impedido dedicar a la noble empresa de la investigación científica los recursos necesarios… ha faltado seguridad y firmeza en los propósitos del gobierno dentro de este radio de acción… el Estado tolera a menudo que la investigación científica sufra deformaciones burocráticas que simulan trabajo y lo substituyen con el trámite y el papeleo; se padece una lamentable ineficacia técnica y se produce alrededor de cualquier núcleo de labor científica, una enmarañada situación de rencillas y cuestiones personales que es lo mas contraria a una obra que por su naturaleza exige, colaboración, disciplina y armonía. Por último, debo señalar también la carencia casi absoluta del sentido de servicio social, debida al predominio de actitudes parasitarias y de prácticas de rutina.”

Presidente Lázaro Cárdenas del Rio,1936