¿ QUIEN CREó AL FRANKENSTEIN DEL BIOTERRORISMO...?


El siglo XX pasará a la historia universal como “El Siglo de la Ciencia y la Tecnología” entre otras características destacadas. Otra podría ser el siglo de la quiebra ética militar. En efecto, nunca antes se había lastimado y matado a tantas mujeres niños y civiles indefensos en la guerra como en el siglo pasado. Tampoco se habían utilizado antes las llamadas “armas sucias” condenadas por todas las normas de la guerra desde Sun Tse hasta von Clausewitz.

La bestia de la guerra en su forma mas destructora ha nacido recién del amasiato entre esa quiebra ética militar y el uso inmoral de la ciencia y tecnología mas avanzada enfocadas al arte de matar personas. Surgieron así las armas químico-bacteriológicas –biotóxicas- en abril de 1915 inventadas por Fritz Haber, eminente químico alemán que, además de fumigar soldados sin explosiones ni fuego, también haría descubrimientos de beneficio social. Optó por lo segundo el comité respectivo al otorgar a Haber el Premio Nobel en 1919; declaró el premiado al recibirlo: “En ninguna guerra futura se podrá prescindir de las armas biotóxicas, son una forma máós refinada de matar...”

Al término de la Gran Guerra en Europa (1914-1918) que se pensó acabaría con todas las guerras futuras, el horror de las primeras imágenes y relatos de los soldados sobrevivientes, llevó a las naciones a la firma de la llamada Convención de Ginebra en 1925. Por supuesto, los EUA (y Japón) no firmarían entonces; lo hicieron medio siglo después, reservándose el derecho, como otros países industrialmente mas avanzados, de continuar experimentando, probando y utilizando la armas biotóxicas en defensa propia.

La bestia de la guerra resurgió fortalecida entre 1939 y 1945, cobrándose mas vidas, para acumular en dicho siglo XX, un total de 110 millones de personas muertas en unas 250 guerras (Ruth Leger Sivard, World Military and Social Expenditures 1996). Muchos de los que hoy peinamos canas recordamos con horror los noticiarios de la explosiones nucleares, los campos de exterminio y los Juicios de Nuremberg para los criminales de guerra nazis; son menos los que se enteraron de los Juicios de Khabarovsk en que se sancionaron las atrocidades japonesas en un rincón de Manchuria, particularmente lo sucedido entre 1936 y 1945 en los territorios invadidos por Japón y su sede en Harbin, China...¿Qué fue lo que sucedió ahí por casi diez años?

La secreta “Unidad 731” comandada por el Gral, y Dr.en Bacteriología, Shiro Ishii, fue por años el centro de experimentos y pruebas para la guerra biotóxica realizados de manera inmisericorde entre civiles chinos y prisioneros de guerra que murieron por cientos de miles sin que el mundo se enterara. Increíblemente, al término de la guerra Ishii escapó a las fuerzas soviéticas liberadoras entregándose a las tropas norteamericanas que le otorgaron la inmunidad necesaria para morir tiempo después en la tranquilidad del hogar... ¿Cómo le hizo? Ha sido un escándalo (Sheldon H. Harris, Factories of Death,2002) enterarse que los hechos fueron encubiertos por décadas a la opinión pública estadounidense y mundial por el Gral. MacArthur y el US Army, que obtuvo, a cambio de otorgar dicha inmunidad, kilos y kilos de información, fotografías, películas, bitácoras, datos de autopsia y resultados de los “experimentos”en humanos que, según los expertos, “valían millones de dólares”. El receptor fue el siniestro Fort Detrick del US Army que dió así principio al “Programa para la Bioguerra” de los EUA que, con la etiqueta de “defensivo”, aún esta vigente.

¿Que armas biotóxicas (es decir microbios productores de enfermedad y los medios para su diseminación) están hoy en los almacenes militares estadounidenses? ¿Cuantas pruebas y experimentos se han hecho y se siguen haciendo? ¿En que lugares? ¿Qué enfermedades producen en humanos y animales? ¿Se cuenta con vacunas para el caso? ¿Y que hay del agroterrorismo? No es esta la ocasión para extendernos, baste decir que han sido países pequeños y tecnológicamente mas débiles, como Cuba, donde los EUA han utilizado armas biotóxicas prohibidas sin prurito moral ninguno. Por años han dañado económicamente a la pequeña nación en su agricultura, en su ganadería y en la salud y vida de sus ciudadanos. Plagas contra los cañaverales, moho azul contra los tabacales, peste porcina africana, dengue tipo 2 y conjuntivitis hemorrágica (también traída de África para el caso) son solo algunos de los nombres del BIOTERRORISMO DE ESTADO empleado contra la isla. Es digno de mención que por la cercanía geográfica de nuestro país con la nación cubana, algunas de esas enfermedades dejaron sentir sus efectos entre nosotros, confundidos con “brotes naturales”...

Tampoco es esta la ocasión para detallar los casos en que se considera México fue victima directa de actos de bioterrorismo de estado por parte de los EUA, como el sabotaje con la plaga del “chamusco del banano” en la región Veracruz-Tabasco en 1936, justo después de que Lázaro Cárdenas nacionalizara las compañías bananeras estadounidenses que operaban en la región. Fue entonces que se desplomó la economía de la región por las pérdidas del “oro verde”, recuperándose hasta 40 años después con el hallazgo del petróleo. No hay tiempo en este acto para detenernos en el caso que se refiere a la sorpresiva aparición en México de un letal virus endémico en Venezuela que diezma poblaciones de equinos, enferma humanos y mata niños y ancianos y que inexplicablemente apareció acá hace 40 años. Este virus, de la Encefalitis Equina Venezolana o EEV, produce una epizootia y una epidemia paralelamente, por lo que siempre ha encabezado la lista de opciones estadounidenses para la bioguerra con Fort Detrick al lado. En el lapso de 1963 a 1976 costó una fortuna detener el avance de la EEV, murieron 50,000 equinos después de vacunar 24 millones de animales. Adicionalmente hubo que lamentar 51,137 personas que enfermaron, de las que murieron 93...¿Cómo se explicó el arribo del virus EEV tan al norte como está México? Se apuntó repetidamente como culpables a las aves migratorias, vectores muy estudiados por el US Army para diseminar microbios y ¡asómbrense Uds.!, la vacuna empleada libremente entonces en México con la complacencia de la altas autoridades mexicanas fue, y es todavía, muy restringida en los EUA (por su carácter experimental y peligroso a base de virus vivo) además de haber sido creada...¡por Fort Detrick para el Programa de Bioguerra estadounidense! La evidencia apunta a que se nos utilizó para un gran experimento de diseminación de la EEV utilizando aves migratorias, para después probar “en el campo” la efectividad de la peligrosa vacuna militar TC-83.

Siempre dispuestos a aceptar dócilmente nuestro papel como conejillos de indias para la prueba de productos farmacéuticos, vacunas o productos biotecnológicos extranjeros, la posición de nuestro país es hoy (tiempos de bioterrorismo de grupo o estado) altamente vulnerable...No podemos ser optimistas con una Ley de Bioseguridad que, aunque recién salida del horno, está llena de agujeros y al gusto de las transnacionales de productos transgénicos, con un sistema de ciencia y tecnología que se desmorona bajo el gobierno actual y una industria nacional de producción de vacunas cancelada por las autoridades después de un siglo exitoso de erradicar enfermedades, como la viruela, entre los mexicanos. Pasamos así en estos años, de la autosuficiencia a la dependencia del exterior..¡Qué tino político el de nuestras autoridades! Justo cuando las vacunas son algo superestratégico para la sustentabilidad de las naciones, cuando aparecen potencialidades bioterroristas de diferente orden en todo el mundo (por ejemplo con la viruela), en México se dejan de producir..¡a ver quien nos las vende! ¡Que importa que tengamos 65 millones de menores de 35 años de edad sin vacunación antivariolosa!

El contraste con la hermana República de Cuba no podría ser mayor en este aspecto, con su sistema de salud digno de un país avanzado, con una industria biotecnológica y de vacunas de gran aliento y un sistema de estadísticas y monitoreo de brotes infecciosos y epidemias altamente eficiente y su actitud digna y patriótica frente a los embates del imperio, no podemos menos que exclamar... ¡enhorabuena pueblo cubano!