La Viruela como Problema Histórico: de Cortés al Bioterrorismo


Con la invasión española del Caribe y México después de 1492, llegaría toda suerte de fauna y flora exótica que, por supuesto incluyó a los microorganismos patógenos. La población local sería diezmada en un gran holocausto. La viruela fue una de esas enfermedades que, producida por un virus, afectó a nuestros antepasados severamente. Con el tiempo dicha enfermedad aparecería y desaparecería cíclicamente a través de brotes y epidemias graves.

Informado del método preventivo de la enfermedad y contando con el apoyo del Rey de España Carlos IV, Francisco de J. Balmis organizaría la llamada Expedición Filantrópica para traer la vacuna antivariolosa a México y llevarla después a las Islas Filipinas. Sus expediciones no estarían del todo carentes de peripecias. A lo largo del siglo XIX la vacuna en nuestro país, estuvo al cuidado de solo cinco personas. Después, atendiendo a la iniciativa del Dr. Angel Gaviño para crear el Instituto Bacteriológico Nacional en 1905, la vacuna ya no sería producida de brazo a brazo o conservando pus o linfa de enfermos, sino mediante linfa obtenida de animal.

Injustamente postergado, que no olvidado, el IBN –hoy INH o Instituto Nacional de Higiene– contribuyó con gran esfuerzo a la erradicación de la viruela en nuestro país en 1951 y del mundo en 1977. Como consecuencia, todos los países del orbe, a solicitud de la OMS, destruyeron sus reservas del virus, necesario para fabricar la vacuna. Solo dos las conservaron y se las pasaron a sus respectivos ejércitos, EUA y la entonces URSS. El virus es hoy, por lo tanto, un arma biológica y su vacuna, después del “11-9”, tiene importancia estratégica.

La enfermedad amenaza de nuevo a las poblaciones por la vía del bioterrorismo, particularmente a los menores de 35 años que ya no fueron vacunados en su oportunidad y son los más vulnerables. La coyuntura actual ha convertido a las vacunas en algo importante para la seguridad de las naciones, justo cuando la producción de las mismas en nuestro país no se encuentra en su mejor momento, como suele suceder frecuentemente debido a decisiones políticas omisas o equivocadas.